El fútbol femenino cada vez más se torna peligroso y para aquellos que afirman que las féminas al tocar un balón son un poco delicadas se equivocan. Este es el mejor ejemplo que que ratifica al fútbol como deporte de contacto y pareciese que en su versión femenina el balompié tiene las mismas malas prácticas vistas en el juego de los varones.
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Las protagonistas de esta polémica son las jugadoras de Veneza y Montenegro, dos equipos de fútbol sala femenino brasileños, que protagonizaron una acalorada jugada en las semifinales del Campeonato Acreano.
Monique, jugadora que resaltaba entre las demás por su forma de mantener el balón, fue detenida por Leandra quien la de un empujón la envío al suelo y no contenta con hacerla caer le propinó una impactante patada en el rostro que dejó a todo el mundo con la boca abierta.
La jugadora lesionada fue enviada directamente al hospital mientras sus compañeras tenían una acalorada pelea por defender el orgullo de la futbolista.
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