Thomas Tuchel y Antonio Conte casi se fueron a los golpes, tras culminarse el juego entre el Chelsea y Tottenham, válido por la segunda fecha de la Premier League. Ambos equipos igualaron 2-2, desatando la furia entre los dos técnicos, quienes tenían una pelea cazada desde el segundo tiempo.

Debido al tensionante suceso, muchos recordaron la inédita pelea entre Jorge Luis Pinto y Julio Avelino Comesaña, hace ya 16 años, cuando el Cúcuta Deportivo se medía ante el Real Cartagena. El uruguayo lanzó un puñetazo directo al rostro de Pinto, quien sostuvo que “el partido estaba comprado”.

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¿Qué fue lo que sucedió?

Si preguntan por el resultado, nadie tendrá presente de que el juego terminó en igualdad por un gol; sin embargo, allí se produjo una de las anécdotas más insólitas en la historia del fútbol colombiano.

A los 80 minutos de compromiso, Julio Comesaña se dirigió hacia el banquillo rival y le mandó un potente derechazo a Pinto. El técnico santandereano se había ido expulsado del campo de juego, tras quejarse tajantemente del arbitraje. Según una crónica de El Tiempo, hasta Pinto dijo que el juez central estaba comprado.

Los dos se marcharon calientes del encuentro. Por un lado, Comesaña le pidió “que se callara la boca” y que no lo involucrara en las graves acusaciones; por el otro, Jorge Luis se enfocó en criticar duramente al arbitraje, instantes después de la pelea en su declaración ante los medios.

En cuanto a la sanción, a Julio Avelino lo sancionaron con ocho fechas; en cuanto al otro lado, el santandereano se tuvo que ausentar de la raya por seis jornadas. El árbitro del cotejo fue Carlos Eduardo López.

¿Cómo fue el reencuentro?

Unos meses después, ya a principios de 2007, Pinto y Comesaña se reencontraron en tierras paraguayas, exactamente en el Sudamericano Sub-20. Fuera de toda calentura, se abrazaron y compartieron como dos amigos más.

De allí surgió la gran amistad entre ellos. Ahora son referentes de la dirección técnica en Colombia, limando asperezas sobre dicha historia, que marcó un hito entre los momentos más épicos en el FPC.