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Cuando Gilberto Rodríguez Orejuela quiso comprar el Deportivo Cali

El fallecido capo del Cartel de Cali quiso ingresar al fútbol a finales de los 70 comprando el club de sus amores, esta es la historia

La muerte de Gilberto Rodríguez Orejuela en Estados Unidos, donde estaba detenido desde 2004 tras su extradición, vuelve a abrir una página dolorosa en la historia de Colombia: la de los grandes carteles y los capos del narcotráfico que dominaron el país desde finales de los 70.

Gilberto y su hermano Miguel Rodríguez Orejuela establecieron una organización criminal que se denominó Cartel de Cali, que en un comienzo fue aliada de Pablo Escobar y el llamado Cartel de Medellín, pero que luego le declararía la guerra, la famosa Guerra de los Carteles de los 80, que tanto terror y muertes trajo al país. Con la muerte de Escobar el Cartel de Cali se empoderó y gracias a su modus operandi, infiltrando la economía y la vida política del país, llegó a tener tal poder que fu protagonista en las elecciones de 1994 financiando la campaña del a la postre presidente Ernesto Samper, lo que desataría el Proceso 8.000.

Gilberto Rodríguez Orejuela fue capturado en 1995 y extraditado a los Estados Unidos en 2004, y este miércoles 1 de junio murió en la prisión norteamericana en donde estaba detenido. Sin embargo, algo que poco se conoce sobre su historia delictiva es su interés en el fútbol, como bien lo cuenta Alejandro Pino Calad en este podcast:

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Cuando Gilberto Rodríguez Orejuela quiso comprar el Deportivo Cali

En 1977 Gilberto Rodríguez Orejuela, que junto a su hermano Miguel y un amigo llamado José Santacruz Londoño había establecido una sólida ruta de tráfico de cocaína hacia EE.UU. y ya era respetado como gran empresario vallecaucano, siendo propietario de múltiples empresas como Drogas La Rebaja y el Grupo Radial Colombiano, buscó comprar acciones del Deportivo Cali, el mejor equipo de los últimos quince años, en cuya junta accionaria se podría codear con muchos miembros de la alta sociedad caleña.

La estructura de la Asociación Deportivo Cali, que impide socios mayoritarios, prohibía que Rodríguez Orejuela controlara el club como era su intención y, además, el presidente de la institución, Alex Gorayeb, se opuso desde un comienzo a que un hombre de fortuna desconocida entrara a formar parte de los accionistas del equipo.

Miguel Rodríguez, en cambio, era uno más de los sufridos seguidores del América de Cali, el equipo popular del Valle que nunca había conseguido un campeonato y, a diferencia de Gilberto, él no estaba dispuesto a que la elite ignorara quién era el hombre más rico del departamento.

En 1979 el equipo sale campeón de la mano del director técnico Gabriel Ochoa Uribe y con un gran esfuerzo económico de la junta directiva, que contrató a los paraguayos Gerardo González Aquino y Juan Manuel Bataglia. El gasto del primer título de los “diablos rojos” hizo necesaria la presencia de nuevos accionistas y, de esta forma, el 4 de enero de 1980 Miguel Rodríguez Orejuela pasó a ser el accionista mayoritario y, prácticamente, el dueño del club.

Estos movimientos hicieron parte de la invasión de narcotraficantes al fútbol colombiano, en la cual prácticamente todos los equipos tuvieron un capo o al menos un testaferro detrás a comienzos de los 80, e incluso bien entrados los 90.

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