Que todo el mundo te cante y que lo haga a todo pulmón... Deportivo Cali se enfocó cuando más lo necesitaba y no tuvo rivales en la zona de cuadrangulares. El equipo de Rafael Dudamel maduró a lo largo de la competencia y esta tarde-noche tenía que refrendar su presencia en la gran final.
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Ante el Junior de Barranquilla, el único de los rivales que seguía con vida, el Glorioso estaba ante su jornada de gloria. Los hinchas, muchas veces criticados por no asistir al gigantesco estadio de Palmaseca, colmaron el coloso e hicieron del recinto una verdadera caldera para los tiburones.
El juego fue uno de ajedrez. Junior, aunque tenía la obligación, no fue capaz de someter al conjunto azucarero. Poco a poco fue cediendo la iniciativa y una mano de Danny Rosero terminó por ponerle las cosas complicadas. Harold Preciado se hizo cargo y desde los doce pasos quedó un poco más cerca de la final.
Se esperaba una reacción furiosa en el conjunto rojiblanco, pero esta nunca se dio. Junior no supo competir y el Cali pasó una tarde tranquila, resolviéndolo a la contra con un tanto de Daniel Luna. El Cali se metió en la gran final, a falta de una jornada.
Ahora, irá a Pereira buscando los puntos para cerrar la final en condición de local. Sin embargo, lo importante era llegar al último partido y eso ya lo consiguió. La décima está cada vez más cerca.
